domingo, 5 de mayo de 2013

4 HABITOS PARA UNA VIDA FELIZ

MOTIVACIÓN

Atletas, autores, científicos, grandes empresarios y otras personas que alcanzan logros extraordinarios – todos tienen algo en común. Lo podríamos llamar persistencia, aguante o ética de trabajo. El hecho es que para conseguir resultados que implican horas y horas de dedicación, se necesitan ciertos hábitos de trabajo, ejercicio o estudio para poder mantener este esfuerzo a lo largo del tiempo. Seguro que algún libro se ha escrito en tiempo récord y sin duda hay grandes logros que se han conseguido sin una gran inversión en tiempo y esfuerzo, pero la gran mayoría de las veces, el éxito duradero no viene de la noche a la mañana. Aristóteles decía que la excelencia al fin y al cabo es un hábito.

Quiero pensar que lo mismo aplica a la felicidad. Si queremos gozar de más armonía y paz interior necesitamos establecer ciertos hábitos que facilitan esa forma de ser y estar en el mundo.

Aparte de eliminar malos hábitos que dificultan el bienestar, como podrían ser la hostilidad, la crítica constante, el pesimismo y la pasividad podemos establecer hábitos positivos que nos ayudarán a mantener el equilibrio incluso en épocas más difíciles. La ventaja del hábito es precisamente que es un comportamiento automatizado, es decir, nos sale sin pensar, porque nos hemos acostumbrado a hacerlo en un momento determinado. Y cuando no pensamos, no procrastinamos, no buscamos excusas, ni sentimos pereza, simplemente pasamos a la acción.

Por eso hoy te presentamos cuatro hábitos positivos que te pueden ayudar a sentirte más feliz:

1. Cuidar las relaciones. Parece sentido común que establecer relaciones positivas nos ayuda a ser más feliz. Muchas veces las  personas a pesar que saben que las relaciones son importantes no tienen buenos hábitos a la hora de mantenerlas. Los pequeños detalles importan muchísimo cuando tratamos con los demás, y aún más cuando son relaciones íntimas. Saludar a nuestra pareja por la mañana con un abrazo y un beso, tomarse un café con los compañeros de trabajo, quedar con los amigos los sábados, ver o llamar a nuestros padres regularmente, y practicar la humildad a la hora de criticar son todos pequeños gestos que ayudan a establecer relaciones sanas y estables. ¿Qué hábito positivo ayudaría a cuidar una relación tuya?


2. Celebrar los pequeños logros. Conseguir lo que nos proponemos es una sensación maravillosa. Potencia nuestra autoestima y nos hace sentir bien con nosotros mismos. Da igual de qué tipo de tarea hablamos: solucionar un problema, organizar un plan de acción, superar una prueba, mantener una rutina o simplemente terminar algo que empezamos – todos los logros merecen la pena ser celebrados. Con celebrar me refiero sobre todo al pararnos y sentir la alegría que nos produce el haber terminado una tarea. Cuando hacemos y hacemos sin parar, es fácil olvidarnos de todo lo conseguido. Así el hacer se convierte en una actividad sin fin que nunca acaba, en vez de ser una fuente de felicidad. Adquirir el hábito de contemplar lo que hemos hecho  y felicitarnos por ello es el paso más sencillo para darnos cuenta de la gran cantidad de cosas que somos capaces de conseguir. ¿Cómo vas a celebrar tus logros hoy?

3. Cultivar emociones positivas. Hay miles de formas para experimentar emociones positivas. Disfrutar de nuestra comida favorita, sentir la calidez de un abrazo, dejarse llevar por la alegría, ver el mundo con los ojos de un niño, reír, bailar, bromear, sentirse lleno de energía o maravillado por la belleza del mundo. ¿Por qué hacemos tan poco para asegurarnos nuestra dosis diaria de emociones positivas? Sospecho que tiene que ver con la creencia que sólo las cosas grandes causan impactos grandes. Claro que un viaje exótico es una vía fantástica para experimentar emociones positivas. Pero las cosas pequeñas del día a día tienen la ventaja de proporcionarnos  emociones positivas mucho más a menudo. Aunque sean cosas pequeñas, conviértelos en un hábito que repetido conscientemente una y otra vez a lo largo del tiempo tendrá un gran impacto en tu nivel de bienestar.

4.  Hacer lo que hace sentido. La búsqueda de significado es algo inherente al ser humano. Necesitamos sentir que nuestras acciones sirven a un fin que merece la pena. Comprometernos con actividades que aportan valor a otras personas, que ayudan a mejorar algún aspecto de la sociedad o de otra generación son los típico ejemplos que “hacen sentido” en el nivel más profundo. ¿Qué actividades o áreas de tu vida tienen un significado especial para ti? ¿Cómo los puedes convertir en un hábito? Puede ser jugar con tus hijos cada día. Saber que el producto que vendes mejora vidas y trabajar con eso en mente. Colaborar con una ONG una vez al mes. Dedicarte a tu vocación. Ayudar a un desconocido. Haz lo que hace sentido para ti, y haz de ello un hábito.

Te animo a que te tomes el tiempo para revisar los hábitos que has establecido en estos cuatro áreas. Pregúntate sobre tus costumbres a la hora de relacionarte con las personas, cómo celebras (o no) tus logros y conectas con tus emociones positivas. ¿Sientes que tu día está lleno de actividades que no tienen sentido? Entonces pasa a la acción e incluye algunos hábitos positivos en tu vida. En vez de decir “necesito dejar de hacer eso” identifica lo que quieres hacer a partir de ahora y empieza por allí. Y no olvides celebrar tus logros. Con un pequeño avance cada día puedes construir grandes cosas.
 

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